viernes, 26 de noviembre de 2010

MIS SOBRINOS HIJOS

Sin dudas, en el libro de las Vocaciones. Que llego a mis manos, no figuraban las de ser esposa y madre, o quizás, mi  interior marcaba otro rumbo.
En la vida, he sido mujer, hija, hermana, amiga, docente...y...TIA, ese rol que me llena de dicha.
Por cuatro de  mis hermanos, la Vida, me regalo dieciséis  sobrinos, digo regalo, porque de alguna manera son un poco míos. Hijos de corazón, que vi nacer, crecer, y desde mi lugar de malcriadora (porque en el dar amor, no se comete excesos) acompañe su caminar.
Cambie pañales. Di papillas, mamaderas, acune, compartí juegos en playas, plazas, campos,  arroyos. Algunas veces, una oración o una lagrimas. Y ¡Cuentos! de autores  conocidos, o los de tu boca, como solían decirme. Me colmaron  el alma con su ternura, los protegí en sus miedos. ¡Cuanta vida!
Inexorable el tiempo pasó. Les crecieron alas, ya tienen sus propios vuelos. Algunos fueron al encuentro del amor, y formaron su nido. Otros avanzan con sus sueños.
Los miro vivir. Soy feliz  con sus progresos, pero no niego, que como todo crecimiento produce dolor, un llanto pequeño se anida en mí.
Así es ahora. Camino a la vera de su andar, saben que estoy desde otra senda, y con pasos mas lentos, pero atenta a posibles tropezones.
Pronuncio sus nombre con unción,  hacia lo Alto, para que siempre sean bellos de alma, fuertes, confiados, que sean lo mejor de lo que lleguen, y por sobre todo, tengan Paz y Alegría, que es ser Feliz. Los quiere mucho Tía Rosa

Autora (muy) intelectual: Maria Rosa 

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Yo, Matías

¿Alguien me va a contradecir si afirmo que una de las sensaciones más lindas de la infancia era andar en bici con papá? A la edad en que yo todavía no podía andar solo, disfrutaba de los viajes en La Bergamasco Azul. Sí, tiene nombre, no es una bicicleta cualquiera…
Las vueltas de la escuela, los fines de semana en el asiento de atrás, con el almohadoncito y el paisaje de los laterales; obviamente para adelante no podía ver porque estaba mi viejo.
Cuando volvíamos de la escuela con él, pedaleábamos veinticinco cuadras hasta llegar a casa (sí, pedaleábamos, o al menos yo sentía que ayudaba y aportaba mi fuerza).
Siempre tuve una duda. En el viaje de regreso, tomábamos la calle 25 de Mayo, atravesábamos el Bvard Irigoyen y después de dos cuadras doblábamos a la izquierda por Sartorio. Cabe aclarar que en esa parte de la ciudad, que da a la cantera, la 25 de Mayo es muy baja, por lo tanto para tomar Sartorio teníamos que subir una loma pronunciada, en la que siempre sufrí pensando que no la íbamos a pasar, que no íbamos a llegar, que las pedaleadas y el esfuerzo del Vasco y mío no iba a alcanzar e íbamos a caer para atrás; pero el viejo le metía y siempre llegamos, nunca nos quedamos. Qué alivio…
La duda es: ¿Valía la pena tanto esfuerzo? ¿No era más peligrosa esa subida que ir por el transitado boulevard? Mas cansadora y sufrida seguro…
Obviamente estas preguntas las planteo acá porque nunca se las hice a papá, en parte porque me gustaba el desafío de la subida, le daba el toque de adrenalina al rutinario viaje de vuelta de los mediodías, y además porque cuando somos chicos creemos que nuestro papá es el mejor, que las cosas que dice son y tienen que ser así.
Después vamos creciendo, empezamos a verle defectos, las cosas que dicen son totalmente lo contrario a lo que nosotros decimos y queremos, y después seguimos creciendo y nuestro viejo vuelve a ser nuestro ídolo.
Pasaron unos años, y me regalaron la primera bici sin rueditas, la CAINO azul, mi compañera de viaje hasta Parque Sur, pero ahora solo, sin papá, sin asiento ni almohadón. Eso es ser independiente…
La CAINO, siempre fiel, aunque a veces tenía sus traiciones. Te jugaba una mala pasada cuando apretabas el freno delantero y salías despedido, volando por encima de la bici. Al principio eran accidentes, después comenzó a ser nuestra diversión por la calle Tibiletti en el Puerto Viejo.
Eso sí, se puede decir que era como volar. Qué frase hecha, porque ¿cuántos de los que la usan queriendo explicar algo reconfortante, tranquilo, lo han experimentado?
Yo conozco pocos, o mejor dicho, conozco uno. Diego, “el del parapente”.
Parece que Diego sabía cuando llegábamos a Sarandí y pasaba, volando alto, con un ventilador atrás y un paracaídas arriba, y tiraba caramelos (Qué peligro si llegaba a tirar un LIPO, ¿no?).
Debo admitir que sentí cierta desilusión cuando lo vi, abajo, en la tierra. Fue como ver actuar a un payaso, reírse, y cuando termina la fiesta verlo a cara lavada, vestido de civil.
Para mí, Diego era él con su parapente, digamos que formaba parte de su anatomía, por eso, cuando lo vi por primera vez en esa carneada, preferí ignorarlo y seguir pateando mi pelota, ¿qué me querían hacer creer a mí que ese tipo grande y canoso era él?.
Y las carneadas…¿Existe algo más lindo que eso? Ya sé, al que no tiene cada invierno un fin de semana de “chancheada” o que nunca vivió una experiencia así, le puede parecer insignificante mi pregunta, o hasta ridícula y carente de sentido. Yo les respondo, con todo mi respeto, que no saben nada.
Hay pocas cosas que espero con tanta ansia como la carneada o año nuevo.
Más lindo fueron las veces que caía justo en mi cumpleaños, porque estaban todos, y aunque estaban por la carneada, yo sentía que también estaban por mí, y que era como el cumpleaños de la Abuela, que venían hasta los de Buenos Aires.
Y jugábamos a la pelota, con Leandro, Juan, Pablo, Martín, o dibujábamos con Sabi y Petra.
Después de la carneada, medio año más tarde llega año nuevo, y otra vez la alegría y la ansiedad de ver a todos, hasta a Cuninga con sus cohetes….
Los “año nuevo” se pueden resumir en: La esquina de los grandes, donde estaba Adela, y ahora la copan los tíos mayores, La Punta del tablón, la más ruidosa (y no solamente porque esté Pipu), a la que pertenecemos los primos más jóvenes, y la parte del medio, que es más tranquila y generalmente se dedica a ponerse al tanto de sus vidas mientras se acerca el nuevo año.
Una de las características de esta reunión, es el saludo de las 12; todos empezamos a girar, alborotados, alrededor de los largos tablones, para saludar a todos, sin pensar que, al girar todos en el mismo sentido, siempre te van a quedar familiares sin saludar, que los terminas saludando a las 12 y cuarto, después que diste toda la vuelta y empezás a relojear quién te falta besar. Nunca faltan los que te saludan tres o cuatro veces, entre el mareo de ver gente pasar y el alcohol besan al que se les planta adelante.
La conclusión es que la parte más inteligente es la de la esquina de los grandes, que siempre se quedan sentados, por viejos o por sabios, porque están seguros que todos nosotros, al empezar a caminar alrededor de las mesas, vamos a pasar por su silla y los vamos a saludar…Muy cómodo y efectivo.
Otro de los recuerdos de mis estadías en Gualeguaychú, es el de jugar a la pelota con la tía Rosa, de su mágico y juanetesco pie derecho, de sus atajadas en el parque o en el garaje de la casa de la Abuela, con la pelota de goma, con la pulpito o con la de cuero, su fanatismo por Marangoni (¿Quién carajo era ese? Yo estaba con Ortega, el Enzo, Gallardo o Crespo, pero no me importaba, me sentía orgulloso de que mi tía sabía de fútbol). La tía siempre estaba, atenta a todo y a todos, con sus juegos y sus paseos al parque, al tractor amarillo, a trepar árboles, a subirnos a las estatuas de los perros, o al cohete altísimo de la placita en las siestas, para que no molestemos a los que querían descansar.
Por último, el fútbol. Y no lo ubico en este lugar porque sea el que realmente ocupe, sino porque no encontré mejor manera de terminar esto que hablando de él.
Cualquiera de los hombres va a coincidir conmigo si digo que gran parte de nuestra vida y nuestro corazón esta destinada a la pelota, con el perdón de las damas. Pero es así, convengamos que todos, circunstancialmente, hemos dejado plantados a nuestros amigos alguna noche por una mujer. Pero esa misma persona, no resiste la tentación de ver un partido o jugar un fulbo con amigos, y ahí sí, no hay novia que valga ni cualquier evento que haya sido previamente organizado con ella. Y no tiene explicación lógica. O quizá, sí, nuestra justificada excusa es que el fútbol nos acompaña desde que nacemos y hasta que la muerte nos separe.
Ante cualquier queja, diríjase a nuestro padre, tíos o primos, o en su defecto, a quienes en cada cumpleaños, navidad, reyes o día del niño, se les ocurría la original idea de regalarnos una pelota.
De chico había dos regalos fijos, la pelota y el perfume Pibes, o para variar, PACO. Creo que si quisiera todavía podría seguir bañándome en esas colonias, como lo hacía mamá antes de cada cumpleaños.
Con las pelotas no he tenido la misma suerte de durabilidad. Puedo decir que le dábamos mucho uso, y que, como se dice en el ambiente futbolístico, la descosíamos. Pero no por el buen trato que le dábamos al balón, sino porque la calidad de la costura no era la mejor. Ahí se explica por qué en cada acontecimiento nos regalaban una pelota…Seguramente la anterior ya estaba hecha cuero…
Autor intelectual (nostálgico y pasional): Matías

martes, 19 de octubre de 2010

Sin tìtulo

No pretendas, mujer
Que vea en tus ojos
La soledad perdida
De la cual he abusado

No busque usted, señora
Razones y certezas
En las palabras locas
Que mi boca comenta

Puede ser que mañana
Se despierte tendida
Entre brazos ajenos
O entre risas perdidas

No busque, amiga, entonces
Más que amor en mi boca
Que escupe tonterías
Que a menudo equivoca

Busque amante perdida
La soledad en mis ojos
Que cuando usted regrese
Habrán visto muy poco

Y si usted pierde tiempo
Con reproches tardíos
Sepa, bien que he podido
Mentirle y no he querido

Busco ahora, intensamente
Tu felicidad…
No pensemos que todo esta resuelto cuando llega el silencio
Cuando la nada resulta adueñarse del momento
Cuando el no de la muchacha se ha hecho realidad
Cuando ya el casi parece suficiente
Y no queremos que esto pierda la locura indispensable
Podemos entonces creer que las puertas van a abrirse

Somos


Somos potros desbocados por Neyra
En busca de un palenque de palabras
Somos arena húmeda en sarandíes
Somos viento perenne en cremerias

Somos la voz que llama cuando llega
Somos de mayo, chocolate con algo
Somos plata con genes orientales
Somos vascos, suizos y argentinos

Somos patio inundado de azares
Somos aljibe sellado, por las dudas
Somos el ¿ya comiste?
Somos el ¿no querés nada?

Somos sonrisas de noche y de mañana,
Somos paciencia, silencio y alegría.

“LA CARNEADA”

 


Una historia basada en hechos reales “la carneada de los Herlax” cualquier similitud de los personajes con la realidad, es verdad.

Idea original: Ernesto Herlax

Estrella invitada: Adela Ingold de Herlax

Protagonistas: (en orden de aparición): Adelita, Tito, Alberto, María Rosa, Estela, Martín

Co protagonistas: Inés, Osvaldo, Juanita, Margarita, Pablo, Juan Fernando, Leandro, Martín Ignacio, Matías

Invitados: Andrea, Fabricio, Claudio, Gabriela, Lorena, Vanesa,  Pipu, Diego, Javier, Jessica

Los Niños: María Emilia, Verónica, Esteban, Juan Cruz; Gastón, Agustín. Gonzalo, Malena, Mateo, Pedro
Con  la colaboración: Sr. Viscachin, Emilio, Potoco, Víctor (fideo con leche), Pimentón

Textos: Pablo. Recopilación realizada  a lo largo de varios años
Edición María Petra – Gabriela

PRIMER DIA


6:30hs: Tito se levanta y prende el fuego para calentar el agua con la que se pelara él chancho
7:00hs: Tito logra prender el fuego después de un rezongo porque el rocío mojó los papeles.
7:30hs: Llega Osvaldo con la camioneta se cargan las piolas y se van a buscar él chancho.
7:45hs: se llega a la casa del dueño, se saluda y se va para el corral.”Che, Osvaldo, que te parece si traes la camioneta más acá entonces no hacemos tanta fuerza”, dice Tito
7:55hs: el chancho rompe un alambrado y se escapa.
8:55hs: por fin el animal se digna a pasar por donde nosotros tirábamos el lazo.
9:00hs: se lo voltea y manea. ¿La camioneta?, Lejos, como corresponde. Pusiera donde se la pusiera siempre estaba lejos. “Che, Osvaldo, que te parece si traes la camioneta más acá entonces no hacemos tanta fuerza”, dice Tito.
9:15hs: nos despedimos y nos vamos.
9:30hs: Llegamos a casa. Tito, metiendo un dedo en el tacho con agua dice: “A ver si esta caliente”. Que no va a estar caliente, es más hierve.
9:35hs: Saludamos a  Estela y Alberto, que habían llegado mientras nosotros buscábamos él chancho.
9:40hs:”Petra, anda a decirle a tu madre que se venga con el fuentón para la sangre” dice Tito
9:41hs.
- dice mama ¿qué donde esta la sal gruesa? pregunta Petra
-ahí, en el galpón-contesta Tito
-¿ahí, donde? dice Petra
-ahí, en una caja de “Marcela”, junto con los condimentos y las piolas; al lado de las tripas, -explica Tito
9:50hs: solucionado le problema. “Guarda que voy” avisa Tito, y clava el cuchillo en el animal
10:30hs: después del décimo” guarda el cabezazo”, empieza a desconfiar que el animal puede llegar a morirse. A la de la sangre se le canso el brazo de resolver, y las miradas se vuelcan hacia Alberto para que el “doctor” explique porque no se muere él chancho. Sintiéndose mirado, larga esta frase: “seguramente la incisión en el tejido cardiaco no es suficientemente grande como para producir el colapso necesario en el órgano”
10.32hs: mientras todos pensamos que quiso decir. Estela dice: “¿estás seguro que ahí está el corazón, Tito?”
10:40hs: por fin luego de una certera estocada, él chancho pega el dichoso cabezazo. Como era de esperar nos agarra cansados y él desparrama de sangre es monumental
11.20Hs: terminamos de pelar él chancho
11:25hs: lo empezamos a abrir.” Che, ¿Martín a que hora viene?...No sé, tenia que ver si Peruzzo le alquilaba un colectivo”
12:00hs: ponemos a cocinar la carne para las morcillas.
12:05hs: llegan todos menos la abuela, hasta Martín
12:10hs: llega la abuela: todos agarramos un cuchillo y nos ponemos al lado de la mesa. El que tiene el mate, va y destapa el tacho que cocina la carne, mira y dice; “Che, a esto le falta”, como si en diez minutos la carne fuera a cocinarse. El que tiene el termo va hasta la caja y, tomándolo con la punta de los dedos dice:"¿Estas son las tripas que hay que  mojar?”
12.13hs: la abuela dice: “que bien cómo trabajan todos”
12:14hs: la abuela se va para la cocina, y nosotros largamos los cuchillos, las tripas y la tapa.
12:30hs: vamos a comer
14:10hs: viene Estela de afuera y dice: “me parece que la carne ya está”. Haciendo un esfuerzo, porque los fideos pesan y a nadie se le ocurrió comer moderadamente, nos paramos  y vamos al galpón
14:20hs Alberto larga un: “la puta esta caliente”, mientras saca la carne del tacho.
14:30hs: picamos la carne y, a pesar de estar llenos, probamos cada pedacito que nos parece rico
14:31hs”van a dejar las morcillas sin carne” dice Tito mientras se come un pedazo de carne "eso, eso, dice Martín, mientras putea porque se quemo la boca con otro pedazo de carne.
15:30hs: después de hacer las morcillas y ponerlas a cocinar (para poder comerlas crudas), picamos la carne para los chorizos y los salames.
15:31hs: Tito explica a mí (Pablo) y a Juan Fernando como poner la carne en la máquina, subestimando del todo nuestra inteligencia
15:32hs: llega la infaltable anécdota: “cuando nosotros éramos chicos, la máquina no era motor, había que darle manija”
15:35hs: "¿qué puede ser esto?”Pregunta Estela, mostrando un pedazo de carne de color negruzco. “Y, pudo ser un golpe” contesta Tito en colaboración con Osvaldo.
Alberto que viene de mirar si las morcillas ya están, da su punto de vista: “puede ser un hematoma que se ha producido a causa de una mala inoculación”. Silencio total y Estela les tira el pedazo a los perros
15:40hs: Martín pega el cuarto EEHHH!!! En la oreja de alguno que este desprevenido; eso si, nunca al mismo infeliz
16:00hs: terminamos de picar la carne
16:05hs: Potoco, armando un cigarrillo y cansado del mini recital de Luis Miguel en la radio, me dice” ponelo a Churruarin, ponelo a Churruarin”
16:10Hs: condimentamos la carne, mientras otros sacan las morcillas
16:30hs: todos nos miramos como diciendo: “bueno hasta mañana”
17:00hs.se cierra todo por los gatos, se ordena un poco y se prepara para empezar al otro día.

 

 

SEGUNDO DIA


6:30hs.Prendemos el fuego y ponemos a cocinar la carne para el queso de chancho.
6:45hs.Destapamos todo y nos preparamos para embutir.
7:00hs.Llegan todos los hombres más Estela.
7:10hs.Breve discusión sobre el largo de la tripa.
7:15hs: Asistimos a una clase magistral de “Cómo se ata la tripa “a cargo del Dr. Herlax.
7:11hs.Resultado:43cm, 5mm.
7:15hs.Empezamos a embutir, con tripas que sobraron de las morcillas.
7:16hs.Ley general: el que se rompe, va a la parrilla.
7:20hs.Llega el primer pedido de Tito:”Pablo, bajáte una caña y ayudále a Estela a colgar chorizos”.
7:30hs.Luego de otro corto rezongo, por falta de tripas, Tito continúa embutiendo.
7:35hs.Llega el mate junto con suiza del Kukiño o bizcochos secos de Tinti. También cae en la volteada la morcilla más chiquita.
8:00hs.Quinto pedido de Tito de la mañana, no me acuerdo que quiere.
8:15hs.La hora del Radioservicio. Silencio de misa.
8:30hs.”Che, Lorena, ¿no viene el Pipu?”, pregunta Martín. “no, tiene una carrera en Tala; no se si corre el TC, TC 200, TOP RACE, TN, TC del Litoral ó Formula Entrerriana...” contesta Lorena. Sin contar que paso por todo tipo de siglas, desde TNA hasta SE.NA.SA., pasando por: AFA, CGT, y otras.
8:31hs, Llegan Osvaldo y Adelita.
8:45hs.Se rompe el primer chorizo, se lo separa para la parrilla
9:00hs.Llegan los que faltan, menos la abuela.
9:05hs.Llega la abuela; esta ves, unos agarran chorizos y los ponen en la caña, otro toca la temperatura del agua de las tipas. La carne de los salames recibe una catarbada de manos dispuestas a batirla, el del mate va y destapa el tacho y el del termo se va a toser afuera.
9:15hs.”¿En que quedo el HERLAXSAZO?” pregunta Martín. Todos le recordamos el quilombo que él armó al proponer la idea.
9:25hs "¿Cómo anda Emilio?” ...Pobre, ¿siempre sucio?”pregunta María Rosa. “¿ Y la Mona?...¿De que esta enfermo ahora?”, comenta uno, por ahí.
9:40hs.”Che, Lorena, ¿y Pipu?, pregunta Martín. Lo miramos pensando, es sordo o no encontraba tema para hablar.
9:45hs.Tito se acuerda de la madre del que le vendió las tripas, al rompérsele cinco seguidas.
10:00hs.Entra Gabriela al galpón con un “taper”en la mano y dice: “ Acá  traigo el jugo de los limones”, con un tono que parece que dicha tarea es fundamental para el funcionamiento del mundo.
10:15hs.Llega el turno de los salames(aclaro, embutir los salames), los que hasta ese momento estaban atando se van. Nadie quiere que lo insulten después si llegan a tener aire.
10:20hs.”Melchiori, es hora de hacer el asado”, dice Alberto.
10:25hs.”Inés....Estela....María Rosa, alcanzáme mas tripas” dice Tito, Lorena sabiendo que es ella la destinataria del pedido, aunque no fue nombrada, cumple con lo pedido.
10:30hs.”no me acuerdo si me contestaste Lorena, ¿Pipu , viene?” dice Martín; Confirmado, es sordo.
10:40hs.Décimo tercer pedido de Tito , acompañado de su vigésimo quinto rezongo.
10:45hs.Pelotazo a los tachos, susto general: le pego o no le pego a la parrilla.
11:00hs.Por fin alguien tiene piedad y acomoda el mate amargo.
11:05hs.Debate sobre si conviene la piola blanca o la anaranjada, con la cual se está atando ahora.
11:06hs.Viene Gabriela y dice: “mira el color de la piola, ¿es nuevo?”.
11:30hs.Se terminan de embutir los salames .Como la carne del queso de chancho no está nos ponemos a lavar lo que no se va a usar después.
12:30hs.Nos sentamos a comer.
12:35hs.La abuela dice que va a bendecir la mesa y agarra a cinco por dar un bocado y otros tres ven si pueden tragar rápido.
12:45hs.Gritan el ya famoso “:Un aplauso para el asador”.
13:30hs.Juanita ve como ésta manga de animales comemos desaforadamente el postre que trajo.
14:00hs.Nos vamos a hacer el queso de chancho. Estela dice: estoy pa’ el eruto”.
14:45hs.Hacemos el queso de chancho y terminamos de lavar todo. Mientras tanto Adelita ceba mate de té, al cual, por culpa de la gran cantidad de tomadores y al orden de vejez que le dan a la cebada, lo tomo ya sin gusto a limón, ni a té, ni a yuyo, ni a nada.
15:45hs.Se pagan las cuentas, se comenta si salió más que el último año, y se hace la repartida.
16:00hs.Algunos ya se van y otros se quedan un rato más.





martes, 14 de septiembre de 2010